Platón, el más grande filósofo griego, nació en Atenas en 429 a. de C. y murió en 347 a. de C. Procedía de una familia rica y Solón, el gran legislador, fue uno de sus antepasados. Decidió un día dedicarse a la filosofía, con lo cual, además de apartarse de su familia, se alejó también de su clan. Fundó una escuela a la que se llamó la Academia, a la que concurrirían numerosos estudiantes, entre ellos, el más famoso, Aristóteles. Los restos de las instalaciones de la Academia de Platón se encuentran en el barrio de Kolonós, a media hora del centro de Atenas. La Academia funcionó entre el 387 y el 347 a. de C., y el platonismo antiguo se desarrolló del 347 al 68 a. de C.

A la hora de hablar de Platón, es necesario recordar las palabras de otro gran filósofo, A. N. Whitehead, según quien «toda la filosofía occidental consiste en una serie de notas a pie de página de la filosofía de Platón». Por eso, aunque han pasado más de dos mil años desde los días en que Platón ocupaba el centro del mundo cultural de Grecia, hoy se sigue determinando el carácter de cualquier filosofía por comparación con la del filósofo griego.

En cualquier caso, si bien se considera al platónico como uno de los dos grandes sistemas de la filosofía griega antigua, Platón no pretendió formular un sistema cerrado sino que, por el contrario, se expresó, en sus obras, bajo la forma del diálogo filosófico.

La filosofía platónica es considerada como el apogeo de la cultura y, aunque ya es histórica, debe entenderse su función orgánica dentro del proceso total del espíritu griego y no como un simple sistema de conceptos, sobre todo en cuanto a que aspiraba a resolver el problema de la educación del hombre. El fundador de la Academia es destacado como un clásico, principalmente allí donde la filosofía se convierte en una fuerza formadora de hombres.